Jara avanza a segunda vuelta, pero con menos respaldo que el Gobierno: deberá ampliar su discurso para crecer

La candidata oficialista Jeannette Jara logró el primer lugar en la elección presidencial con cerca del 27% de los votos, asegurando su paso al balotaje del 14 de diciembre. Sin embargo, el resultado no alcanzó las expectativas del oficialismo: su votación quedó por debajo de la aprobación registrada por el Gobierno, lo que revela una distancia entre el apoyo al Ejecutivo y la capacidad de la candidata para capitalizarlo en las urnas.

El estrecho margen con el que superó a José Antonio Kast —poco más de tres puntos— deja a Jara en una posición compleja para la segunda vuelta, obligándola a buscar nuevos respaldos y corregir el rumbo del discurso para captar a votantes que hoy están fuera del bloque de izquierda.

Un resultado que obliga a reordenar la estrategia

En el comando de Jara reconocen que esperaban superar el 30%. Por eso, apenas consolidados los resultados, la candidata apareció sola sobre el escenario y dirigió su mensaje hacia los votantes de las candidaturas que quedaron en el camino.

Sin mencionarlo explícitamente, Jara recogió propuestas de otros abanderados, como la devolución del IVA en medicamentos planteada por Franco Parisi; la agenda oncológica de Evelyn Matthei; los programas de barrios de Marco Enríquez-Ominami; y las iniciativas deportivas y culturales promovidas por Harold Mayne-Nicholls y Eduardo Artés.

El gesto no pasó inadvertido: fue una señal de que su campaña busca mostrar apertura hacia sectores diversos e incorporar contenidos que puedan ampliarle base electoral.

El Gobierno como piso, no como techo

Aunque el Gobierno mantiene una aprobación superior al porcentaje obtenido por Jara, esa ventaja no se tradujo directamente en votos. Esto se explica, según analistas, por el carácter heterogéneo del electorado oficialista y por el desgaste propio de un gobierno en su último tramo.

“El 26% confirma que quedó por debajo del techo del apoyo al Gobierno”, apuntan analistas, enfatizando que la candidata deberá construir un relato propio, menos dependiente del Ejecutivo y más orientado a quienes buscan gobernabilidad, moderación y acuerdos.

Kast llega fortalecido y con apoyos inmediatos

En la otra vereda, José Antonio Kast enfrentó la noche electoral con un tono seguro. No necesitó hacer grandes llamados: los apoyos llegaron solos.
Evelyn Matthei, tras sufrir una dura derrota que la relegó al quinto lugar, acudió personalmente a felicitarlo. Johannes Kaiser también anunció su respaldo sin matices.

La derecha republicana no solo celebró el desempeño presidencial, sino también su avance parlamentario: en la Cámara de Diputados duplicaron su presencia, un crecimiento abrupto frente a la caída del sector tradicional.

Los votos de Parisi, el botín más codiciado

Con una tercera mayoría inesperada, Franco Parisi se convirtió en el actor más disputado para la segunda vuelta. El Partido de la Gente también logró un resultado significativo en el Congreso, asegurando 14 escaños y consolidándose como una fuerza con peso real en la negociación legislativa.

Pero Parisi cerró filas públicamente:

“Gánense los votos, quiero verlos en La Pintana”, lanzó tras conocerse el resultado, descartando apoyar explícitamente a alguno de los finalistas.

Sus votantes —volátiles, antipolíticos y diversos— serán claves para cualquiera que aspire a ganar en diciembre.

Un balotaje abierto y una campaña por redefinir

Con un Congreso inclinado hacia la derecha y una elección presidencial que dejó a ambos candidatos separados por una diferencia mínima, la segunda vuelta se proyecta como una contienda abierta.

Jara deberá ensanchar su marco discursivo, conectar con votantes independientes y tomar distancia de la rigidez programática inicial. Kast, en cambio, llega con un bloque ordenado y con apoyos explícitos de la derecha, pero enfrentará el desafío de moderar posiciones para atraer al centro.

Lo único claro es que ninguno tiene asegurada la victoria. Los próximos días estarán marcados por negociaciones, gestos y cambios de tono en una carrera que ahora comienza desde cero.