La gira nacional de la candidata presidencial del oficialismo y la Democracia Cristiana, Jeannette Jara (PC), se ha visto opacada por tensiones en su propio comando. Lo que comenzó con declaraciones del presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, terminó escalando en un enfrentamiento entre dirigentes y voceros de distintos partidos de la coalición.
El factor Carmona y la respuesta del oficialismo
El dirigente comunista cuestionó la gestión del exministro de Hacienda, Mario Marcel, acusando que la política fiscal había tratado al dinero “casi como un Dios”. Sus dichos incomodaron al Socialismo Democrático, que defendió la responsabilidad fiscal del exsecretario de Estado.
Desde el comando, el economista Luis Eduardo Escobar calificó las palabras como “innecesarias”, mientras que el ministro de Hacienda, Nicolás Grau, descartó que declaraciones de este tipo cambien las prioridades del Gobierno, centradas en la atención de urgencias sociales.
La pelea por las vocerías
El episodio generó roces dentro del propio equipo de campaña. La secretaria general del PC, Bárbara Figueroa, criticó al senador Ricardo Lagos Weber (PPD), uno de los voceros de Jara, por haber confrontado a Carmona en público.
“Su rol es hablar de la candidatura, no responder a presidentes de partidos”, dijo Figueroa.
La respuesta no tardó en llegar: parlamentarios socialistas salieron a respaldar a Lagos Weber. El senador Juan Luis Castro aseguró que Figueroa “debería entender mejor” el rol de los voceros, mientras que el diputado Jaime Araya (PPD-Ind.) acusó al PC de actuar con deslealtad hacia la campaña.
Una gira marcada por las críticas
Mientras tanto, Jara se encontraba en Punta Arenas, iniciando la segunda etapa de su despliegue territorial, tras decidir no asistir al foro de Icare, donde participaron José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Johannes Kaiser y Franco Parisi. Su ausencia fue cuestionada por los presidenciables de oposición, especialmente por Kast, quien la acusó de eludir explicaciones sobre sus propuestas previsionales.
Aunque la agenda incluía el lanzamiento de su plan de empleabilidad, este fue postergado en medio de las tensiones internas. En cambio, la candidata dedicó parte de su discurso a llamar al orden a su equipo:
“Los esfuerzos deben estar en resolver los problemas del país, no en discusiones entre dirigentes. Todos son adultos y responsables de sus palabras. Yo no soy la mamá de nadie, quiero ser presidenta para darle soluciones a Chile”, afirmó.
Vocerías bajo cuestionamiento
El conflicto también reactivó las críticas al diseño del comando. El senador Tomás de Rementería (PS) consideró un error la existencia de múltiples voceros y pidió que sea Jara la que concentre el mensaje. Por su parte, el diputado Eric Aedo (DC) advirtió que las pugnas internas distraen a la ciudadanía del verdadero foco: enfrentar la delincuencia, el crimen organizado y el crecimiento económico.
A esto se suma que la candidata aún debe lidiar con reparos a la labor de su encargado estratégico, Darío Quiroga, y de la jefa programática, Camila Miranda, cuestionados incluso desde dentro del oficialismo. Consultada al respecto, Jara no cerró la puerta a cambios:
“Las críticas siempre se pueden escuchar, pero las decisiones las tomo yo como jefa del comando”, dijo desde Magallanes.
