El Banco Central informó que el Imacec de agosto avanzó apenas 0,5% interanual, por debajo de las expectativas (0,9%-2,0%). El dato confirma que la reactivación sigue frágil y dispareja, con servicios y comercio sosteniendo la actividad mientras la minería vuelve a ser un fuerte lastre.
Aún más preocupante, la serie desestacionalizada cayó 0,7% respecto de julio —tras dos meses sin dinamismo—, lo que sugiere un estancamiento de la economía en el corto plazo. En doce meses, el nivel desestacionalizado sube 1,3%, pero por una base comparativa baja.
> “El resultado del Imacec se explicó por el crecimiento de los servicios y el comercio, compensado por una menor producción minera”, señaló el instituto emisor.
Bienes: la minería arrastra todo
La producción de bienes descendió 3,4% anual, golpeada por una caída de 8,6% en minería, asociada a menor extracción de cobre. El resto de bienes retrocedió 0,8% —afectado por menor generación eléctrica—, mientras la industria mostró un tímido +0,5% que no alcanza a revertir el cuadro.
En términos desestacionalizados, los bienes bajaron 0,7% mensual, nuevamente por la minería.
Comercio y servicios: luz, pero tenue
El comercio creció 3,9% anual, con el minorista a la cabeza (supermercados, grandes tiendas y ventas online) y un mayorista impulsado por alimentos y vestuario. Aun así, apenas avanzó 0,1% desestacionalizado frente a julio.
Los servicios aumentaron 2,4% anual, principalmente por educación (base de comparación baja por suspensiones de clases el año pasado) y, en menor medida, por servicios empresariales. Ajustado por estacionalidad, cayeron 0,6% mensual, mostrando pérdida de tracción.
Lectura incómoda
El dato rompe las proyecciones del mercado y refuerza la idea de una economía que no despega.
La caída mensual y el retroceso minero vuelven a exhibir vulnerabilidades estructurales: dependencia del cobre, inversión lenta y cuellos de botella energéticos.
Con un consumo que resiste pero sin motor productivo sólido, el crecimiento se sostiene en bases estrechas.
Conclusión: agosto deja una señal clara de debilidad cíclica. Mientras la minería no repunte y la producción de bienes no recobre impulso, la actividad seguirá corta de aire y expuesta a nuevas sorpresas negativas.
