La vulnerabilidad de las fronteras chilenas vuelve a quedar en evidencia tras la detención de cinco policías bolivianos y un civil, sorprendidos el pasado domingo en el sector de Hito Cajón, a pocos kilómetros del límite con Bolivia. Los imputados fueron descubiertos con 600 kilos de droga y un arsenal de armas de guerra, hecho que ha encendido las alarmas sobre el control en las zonas fronterizas.
El Fiscal Regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, confirmó que la detención, ampliada hasta hoy, permitió incautar un cargamento que evidencia el nivel de organización y violencia con que operan las bandas transnacionales.
El hallazgo
De acuerdo con lo informado, durante patrullajes de soberanía en la Ruta 27-CH, personal de Carabineros detectó dos vehículos ocultos en la zona, uno con patente chilena y otro boliviana. Al acercarse, se encontraron con los seis ocupantes, todos bolivianos, quienes transportaban el cargamento ilícito y armamento de alto poder, además de pistolas y municiones.
Fronteras expuestas
El caso revive la discusión sobre la fragilidad de los pasos fronterizos del norte del país, que son utilizados de manera recurrente para el tráfico de drogas, armas y vehículos robados. De hecho, uno de los autos incautados mantenía encargo por robo en Chile.
Las imágenes de policías extranjeros ingresando a territorio nacional con drogas y armas pesadas refuerzan la preocupación de las autoridades y de la ciudadanía, que cuestionan la falta de controles efectivos en la frontera y el riesgo que representa para la seguridad interior.
Proceso judicial
Los seis detenidos quedaron a disposición de la Fiscalía Local de Calama y serán formalizados durante esta jornada por tráfico de drogas, porte ilegal de armas y otros delitos.
Este episodio se suma a una larga lista de casos que muestran cómo las fronteras abiertas se han convertido en un punto débil para la seguridad nacional, facilitando el ingreso de organizaciones extranjeras que operan con violencia y recursos propios de ejércitos paralelos.
